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Elegir el régimen fiscal correcto ante el SAT no es un capricho: es decidir cómo vas a pagar impuestos, qué controles administrativos tendrás y cuánto trabajo contable debes llevar. Para muchos contribuyentes —freelancers, pequeños comerciantes, propietarios que rentan una casa— la ley parece escrita en otro idioma. Aquí vamos a traducirla. En lugar de una larga lista de artículos y números, te explicaré, con ejemplos claros y prácticos, cómo identificar el régimen que más conviene según tu actividad, tu nivel de ingresos y tu comodidad administrativa. Piensa en los regímenes como rutas en un mapa: algunos son autopistas rápidas con peaje (tasas bajas y pocos trámites), otros son caminos secundarios donde puedes tomar atajos fiscales (deducciones) si te gusta manejar con más cuidado (llevar contabilidad). Al final tendrás una guía paso a paso y una tabla comparativa para ver de un vistazo qué opción se ajusta a tu situación, y sabrás cuándo es imprescindible pedir ayuda profesional.

¿Qué regímenes existen y cómo elegir? Una explicación práctica

Antes de entrar en detalles: la elección depende de tres cosas básicas

  • Qué haces (sueldos, venta de productos, servicios profesionales, arrendamiento, etc.).
  • Cuánto ingresas al año (umbrales que determinan acceso a regímenes preferenciales).
  • Cuánto quieres o puedes llevar en administración (facturas, contabilidad electrónica, declaraciones periódicas).

Ahora, los regímenes más relevantes para personas físicas y su uso práctico:

  • Sueldos y salarios: Para trabajadores dependientes. Si solo recibes nómina y no tienes otras actividades, normalmente no necesitas elegir un régimen distinto: el patrón realiza las retenciones y enteros. Es la ruta más simple, como viajar en tren con el billete ya pagado.
  • Actividades empresariales y profesionales (persona física con actividad empresarial / honorarios): Para quienes venden productos o prestan servicios de forma independiente. Implica emitir CFDI, llevar contabilidad (según volumen) y presentar declaraciones provisionales. Es la ruta para quien quiere deducir gastos reales y tiene operaciones moderadas o grandes.
  • Arrendamiento: Si rentas bienes inmuebles, puedes tributar por este rubro de forma específica o, en ciertos casos, integrarlo a regímenes simplificados. Importante: hay diferencias en las deducciones autorizadas.
  • RESICO (Régimen Simplificado de Confianza): Diseñado para simplificar el pago de impuestos a personas físicas y morales que tienen ingresos bajos o moderados. Ofrece tasas reducidas y procedimientos más sencillos; ideal para pequeños comercios, profesionistas y arrendadores con ingresos dentro del umbral permitido (revisa el límite anual en el SAT). Es como una vía rápida con peajes reducidos, pero sólo si tu coche (ingresos) cabe en la puerta.
  • Régimen de Incorporación Fiscal (RIF): Fue la opción para micronegocios con beneficios fiscales y obligaciones simplificadas; en los últimos años el esquema ha quedado mayormente sustituido por RESICO para nuevos ingresos, aunque hay contribuyentes que aún tributan bajo RIF.

Comparativa rápida (resumen práctico)

RégimenQuién aplicaLímites y tasas (resumen)Obligaciones claveVentaja práctica
Sueldos y salariosTrabajadores en relación de dependenciaRetenciones por parte del patrónRevisar constancias de percepciones y presentar declaración anual si aplicaAdministración mínima
Actividades empresariales/profesionalesFreelancers, comerciantes, profesionalesISR según tarifas; IVA trasladado/ácumuladoCFDI, declaraciones mensuales/provisionales, contabilidadDeducciones reales y control completo
ArrendamientoPropietarios que rentan inmueblesISR por rentas; posibilidad de optar por tarifa o por deduccionesCFDI de rentas, declaraciones periódicasReglas específicas para deducir gastos
RESICOPersonas físicas y morales con ingresos hasta el tope legalTasas preferenciales y procesos simplificadosCFDI, pagos bimestrales o mensuales según reglas; menos contabilidad formalMenos carga administrativa y menores tasas

Guía paso a paso para decidir

  1. Clasifica tus ingresos: ¿provienen de nómina, venta de productos, servicios profesionales, o renta de inmuebles? Cada fuente puede requerir un tratamiento distinto.
  2. Calcular el ingreso anual estimado: Si estás cerca o por debajo del umbral de RESICO, vale la pena evaluarlo; si estás muy por debajo, RESICO o RIF pueden ser más simples (aunque ya no puedes entrar a RIF).
  3. Simula la carga fiscal: Haz una simulación con y sin deducciones. A veces, si tienes muchas deducciones (inversión en equipo, gastos de operación), conviene quedar en actividades empresariales en lugar de RESICO.
  4. Valora la capacidad administrativa: Si no quieres llevar contabilidad compleja y prefieres pagar una fracción fija y simple, RESICO puede convenir. Si llevas facturación grande y necesitas optimizar impuestos, el régimen general puede ser mejor.
  5. Decisión y registro: Una vez elegido, regístrate o presenta el aviso de actualización de actividades ante el SAT para evitar problemas de cumplimiento.

Ejemplos prácticos

  • María vende ropa por internet y factura en promedio 1.2 millones al año. No tiene gastos deducibles grandes y quiere simplicidad. RESICO suele ser atractivo por tasas reducidas y menos trámites.
  • Juan es desarrollador freelance y compra equipo caro cada año por 400,000 MXN. Sus deducciones le reducen mucho la base gravable: conviene permanecer en actividades profesionales y aplicar deducciones reales.
  • Carlos renta dos departamentos y cobra 500,000 MXN anuales. Debe valorar entre régimen de arrendamiento tradicional (con deducciones por mantenimiento) o integrar su ingreso a RESICO si cumple requisitos.

Consejos finales

  • No decidas solo por la tasa: analiza deducciones y administración.
  • Actualiza tu situación ante el SAT al cambiar de actividad o subir de ingresos.
  • Haz simulaciones antes de migrar de régimen; los efectos pueden ser significativos.

Si lo que quieres es una respuesta directa: identifica tu actividad principal y tu ingreso anual aproximado; si estás por debajo del umbral de RESICO y buscas menos trámites, evalúa RESICO; si tienes gastos deducibles importantes o operaciones complejas, el régimen general de actividades empresariales o profesionales puede resultarte mejor.

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Referencias

SAT. (2024). Régimen simplificado de confianza (RESICO). Recuperado de https://www.sat.gob.mx/ (consultado en 2024).
SAT. (2024). Regímenes fiscales para personas físicas y morales. Recuperado de https://www.sat.gob.mx/ (consultado en 2024).
Diario Oficial de la Federación. (Ley del Impuesto sobre la Renta). (última reforma). Recuperado de https://www.dof.gob.mx/ (consultado en 2024).

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